sábado, 6 de agosto de 2011

Un mundo pinchado


Parece mentira que hayan pasado casi tres años desde que incluyera esta entrada. En estos días, me resisto a no recordarla. ¡Cómo me fastidia no haberme equivocado!
   29 de octubre de 2008
Un mundo pinchado
Mucho me temo que escenas como ésta pasarán a formar parte del paisaje urbano de nuestras ciudades más de lo habitual.
Desconozco la historia de este buen hombre. Bien pudiera ser la de un padre de familia que, después de pasarse el día buscando trabajo en vano, ahogó sus penas en un cartón de vino para quedarse dormido en el patio de los Naranjos, muy cerca de la Giralda. Grandezas y miserias humanas.
Ojalá me equivoque, pero no vamos bien. Hemos creado una sociedad materialista a la misma velocidad que destruimos valores fundamentales. Materialista y global. No sé si global viene de globo pero, desde luego, éste está pinchando y se va deshinchando (quién sabe hasta dónde).
Y el asunto se nos ha ido de las manos. Lo que está ocurriendo (y lo peor está por llegar) ni siquiera es un castigo divino, sino una pésima gestión de nuestros recursos, naturales, económicos y humanos.
De esto no podemos echar la culpa a los gobernantes. Al fin y al cabo, suelen ser personas mediocres, con escasa preparación, que hacen lo que pueden -que no es mucho-como jugar al Monopoly con dinero de mentira hasta endeudarse (perdón, quería decir endeudarnos) de verdad.
Tampoco tienen culpa quienes les votan. No hay dónde elegir.
Ni siquiera son culpables lo que estando capacitados para mayores empresas, dan la espalda a la sociedad, refugiándose en su individualidad ante tanto despropósito. Jamás podrán liderar masas que les lleven al poder, a un poder que no quieren porque ningún sabio quiere el poder.
El culpable es el de siempre: el sistema. Lo malo es que no sé qué diablos significa realmente, ni cómo hemos llegado a él. ¡Ah, sí! La pérdida de valores. Ahora no tengo tiempo de buscar en el diccionario pero creo que algunas palabras de castellano antiguo ya estarán retiradas por caducidad: educación, honor, humildad, esfuerzo, solidaridad, urbanidad… (ésta última, fijo).
Más tarde o más temprano no nos quedará otro remedio que hacer caso a los sabios (los que no mandaban) de la Grecia clásica -desde entonces, apenas hemos aprendido nada nuevo- cuando recomendaban abandonar los grandes caminos para buscar los senderos… si antes no nos hemos cargado del todo este tinglado.

1 comentario:

madolok dijo...

Que razón tienes Felix, y que pena me dá tener que dartela, pero es asi, la mayor parte de la culpa de el deasatre al que estamos abocados y yo diria que sin remedio(ojala me equivoque) es la falta de valores y fijate que no hacian falta sabios para saber que esto llegaria.Mi abuelo paterno, un hombre sin demasiados conocimientos culturales siempre decia: Yo no lo veré, pero con los años volveremos atras.El lo vevia venir hace muchos años y estas personas con tantos conocimientos , no quisieron verlo.
Todos en nuestra mayor o menos medida somos los culpables.