domingo, 24 de mayo de 2009

Artistas de papel

Mi tío, el escritor Agapito Modroño, cuenta en su libro Memorias de un torero una singular anécdota que aconteció en un hotel francés entre Picasso y Andrés Vázquez. Aquella tarde de 1962 en Arlés, acompañaban a Andrés en el cartel de la corrida Curro Romero y Antonio Ordóñez. Éste le indicó a su amigo, el torero de Villalpando, que en barrera había un pintor muy famoso, de cabeza redonda y ojos azules, y le aconsejó que le brindara un toro. Andrés así lo hizo y tras una buena faena le obsequió la oreja obtenida a ese viejo artista, que llevaba por nombre Picasso.
Más tarde, en el hotel, el genial pintor trazó en una cartulina un grabado que representaba a Andrés frente a un toro, y se lo regaló. El torero cuenta que el dibujo se asemejaba a los que él realizaba de niño en la pizarra y el maestro se los hacía borrar por ser pintarrajos. Así que creyó que aquel pintor con aspecto de guasón se estaba burlando de él, y rompió en varios trozos la cartulina ante la estupefacción de los presentes y el enojo de Picasso, que comenzó a blasfemar en francés.
Hace unos días, estuve a punto de hacer lo mismo con el autógrafo de una estrella televisiva.
Resulta que la asociación AD+ organizará próximamente un campeonato de mus a beneficio de la Fundación Numen, un colegio de educación especial para alumnos con parálisis cerebral, en el que tendré el gusto de participar. Beatriz Palop, alma mater de la organización, me comentó que después se realizará una subasta de objetos para recaudar fondos. Como ejemplo, habrá una camiseta del Real Madrid firmada por todos los jugadores. Dado que mi novela versa sobre el mus, se me ocurrió la idea de recoger en uno de los ejemplares la firma de escritores para aportar el libro a la subasta.
Hombre, ya sé que los escritores no somos jugadores de fútbol; pero, a lo mejor, a la vuelta de cien o doscientos años, la camiseta quizás se haya deshilachado y la firma conjunta de un puñado de autores de otra época tenga su gracia.
Así que, como si fuera una adolescente pidiendo autógrafo a los Jonas Brothers, estos días ando tras los autores por la Feria del Libro de Sevilla, recabando firmas. Cuando haya concluido la labor, daré la relación. He de decir que todos y cada uno de los asaltados han firmado con una sonrisa en los labios. ¿Todos? No, todos no. Ha habido uno que no. El showman televisivo metido a escritor alegó que él no firmaba más que sus libros; pero alguien de su séquito le insistió que se trataba de una buena causa y el susodicho pilló con desgana el primer trozo de papel que encontró y estampó su firma en él. Mi educación me impidió indicarle el lugar exacto de su anatomía en el que podía colocárselo.
Me maldije a mí mismo por haberle dado la oportunidad a ese cretino de unir su firma a la de los otros escritores. Y, en cierto modo, después de leer en sus ojos la soberbia y el divismo, me alegro de que las cosas hayan pasado así.
Así que cualquier día de estos, cogeré ese papel y repetiré el gesto de Andrés Vázquez con el dibujo de Picasso. Claro que el cretino no es Picasso.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vaya fallo el de Andres!Bueno, lo que no es cotidiano(alguien diria que raro)no suele apreciarse, pero como tú dices, tambien los hay prepotentes,egocentricos y sobre todo ignorantes...pues ha tenido la oportunidad gracias a su excentricismo de que la gente le conozca;aunque deberia pensar que nadie, ni él ni su familia estan libres de las enfermedades y le gustaria en ese caso ser ayudado.
Andres el hombre, al menos solo es que no supo apreciarlo, seguro que se ha retorcido la oreja más de una vez por ello.
Muy grande tu gesto, te honra mucho,sensibilizarse con los problemas de los demas nos engrandece.
Un abrazo Felix.

Anónimo dijo...

ACLARACION:Cuando hablo de prepotente, egocentrico y excentrico, no me refiero a Andres; sino a esa persona que tú refieres, a quien te dio el autografo tan solo para que no se supiera como realmente és, aunque yo siempre digo que la primera intención es la que vale, y la suya no fue muy acertada.